ELABORACION

Una vez que tenemos el barro preparado y bien amasado, se parte en porciones con arreglo al tamaño de las piezas y pasa ya al torno. Los pasos que se dan para la fabricación de la pieza son los siguientes:

1. Centrado de la pella mojándose las manos para que transcurra con suavidad entre ellas.
2. Abrir la pella con los pulgares.
3. Subir el barro adelgazando las paredes con la ayuda de los dedos índice de ambas manos.
4. Dar la forma deseada a la pieza, ayudándose de la tiradera para dejar liso el casco de la misma.
5. Hacer la boca y remates, para ello utilizaremos la alpañata, para alisar los bordes y el cuchillo para alisar la base

Después de sacar las piezas del torno, se colocan en unas tablas y se llevan al secadero o bien se sacan al aire para que se oreen, en el caso de que haya que poner alguna pieza postiza, tal como: asas, pitorros, etc se esperará hasta que el casco de la pieza esté lo suficientemente seco para que al apoyar las manos sobre él no se hunda.

Las piezas terminadas se dejan en el secadero para que pierdan toda la humedad y seque completamente, cuando ya están bien secas, se bañan y pasan al horno.

ESMALTADO

Este proceso se realiza cuando las piezas están totalmente secas. Consiste en sumergir las piezas en un baño previamente preparado.

COCCION

Las piezas ya bañadas se acercan al horno y se van metiendo en su interior. En primer lugar se colocan las piezas más grandes (cántaros, ollas,etc.) alrededor de las paredes del horno encajando una encima de otra a modo de rompecabezas, cuando estas piezas no se sujetan se empieza a colocar el resto de las piezas en el centro, poniendo las piezas más grandes de pie sobre el suelo del horno y el resto encima de ellas boca abajo para que les llegue mejor el calor. A medida que la altura de las piezas va subiendo entre ellas se van colocando los calines unos encima de otros para prolongar la longitud de las llamas. Una vez colocados todos los cacharros en el interior del horno se comienza con el encascotado, operación consistente en la colocación en la parte superior de trozos de piezas rotas que ayudan a guardar más tiempo el calor del horno.

Una vez completada la carga del horno se tapa la puerta del mismo y se rebocan los agujeros que queden entre los adobes con barro. En la puerta tapada con el barro se hace un dibujo típico que según los ancianos es para que la cochura salga bien.

La cocción puede empezar. Para ello se va metiendo en el hogar pequeñas gabillas de leña para ir calentando el horno poco a poco y para que las piezas no sufran un cambio repentino de temperatura, esta operación suele durar alrededor de las tres horas, a partir de aquí se van metiendo gabillas más grandes para que el horno vaya cogiendo más temperatura. Así estaremos unas tres o cuatro horas más, hasta que los cascotes colocados en la parte superior adquieran un color encarnado. La cocción está casi terminada aunque aún seguiremos metiendo más leña al menos durante una hora más. Cuando se vea que las llamas salen por encima de los cascotes con un color amarillento y parezcan que están bailando sobre la cochura, entonces se dará por terminada la cocción definitivamente. Tapamos la boca del hogar con adobes y barro, con el fin de evitar corrientes de aire que puedan romper las piezas por un rápido enfriamiento.

La cocción suele durar de siete a nueve horas, dependiendo de la estación del año y de la carga del horno.

La temperatura que alcanza el horno es de alrededor de 900º, pudiendo variar un poco en alguna zona del horno por diversas causas.

Para sacar las piezas del horno abrimos el portero por la mañana para que se enfríe el horno y, transcurridos unas quince horas desde que acabamos la cocción ya se puede sacar las piezas, realizando la operación inversa del montaje.

alfareria

¿donde estamos?

historia

comercializacion

proceso